En 2017, se generaron el mismo número de notificaciones por cibersiniestro que en el conjunto de los 4 últimos años. La media de este tipo de siniestros es de uno por cada día laborable.

Se preve un aumento de este tipo de ataques, después de la entrada en vigor de las Normas Generales de Protección de Datos (RGDP) de la Unión Europea. El informe realizado por AIG Europe sobre siniestros relacionados con el ciberriesgo apunta que más de un 26% de ciberriesgos en Europa recibidos en 2017 son provocados por el ransomware, convirtiendose este en la principal causa de la pérdida de datos.

Las infracciones más comunes según el estudio son el «Ransomware» con un 26% de los ataques, le sigue la violación de seguridad por parte de hackers con un 12%, en tercer lugar se posiciona los fallos de seguridad o accesos sin autorización con un 11% y por último, la suplantación de identidad con un 9%. La proporción realizada por negligencias de los empleados se redujo al 7% en el año 2017, lo que no quita, que el error humano sea una de las principales causas que facilitan los ciberataques.

En lo referente a los siniestros de ciberriesgos por sectores, los servicios profesionales sufren un 18% al igual que los servicios financieros, el comercio minorista un 12%, los servicios empresariales y la fabricación un 10%. Ningún sector se libra del terror de los ataques y la pérdida de datos. Desde Ores y Brian, te podemos ayudar a prevenir este tipo de situaciones con el Seguro de Riesgos Cibernéticos. Además, rellenando el formulario puedes llevarte un pen drive y realizando una póliza, podrás entrar en el sorteo de una Televisión LG de 43″, más información en www.oresybryan.com y en nuestras redes sociales.

Según Camillo “Sin embargo, independientemente de su tamaño o sector, las organizaciones que operan en el mundo interconectado y cada vez más digital de hoy en día son cada vez más conscientes del riesgo y de cómo una buena protección cibernética, combinada con el seguro de ciberriesgos, puede desempeñar un papel importante en la mitigación de las consecuencias financieras potencialmente nefastas. Para llegar a ser ciberresistentes, las organizaciones necesitan prepararse, practicar su respuesta, implementar una estrategia fuerte de ciberriesgo y asegurar que sean indemnizadas por toda la gama de riesgos expuestos, incluyendo la interrupción de la red“.